Entrenar y conseguir tus metas te puede cambiar como persona
Ayudarte a superar miedos y complejos y enseñarte a tener éxito en otras áreas de tu vida.
¿Exagero? Hoy te voy a hablar de 4 cosas que mucha gente no asocia a entrenar y que te pueden cambiar la vida. Sigue leyendo.
A estas alturas los beneficios asociados al entrenamiento son indiscutibles Más allá de los beneficios en tu día a día derivados de un cuerpo más magro, fuerte y capaz... Entrenar ayuda a mejorar tu salud mental, capacidades cognitivas, densidad ósea y a combatir la sarcopenia.
Pero entrenar y conseguir tus metas puede hacer mucho más que eso por ti. Te puede cambiar como persona.
Puede hacer que el patito feo tembloroso e inseguro se convierta en un cisne fuerte física y mentalmente que tiene claro lo que quiere y pisa fuerte allá a donde va.
Hoy te voy a hablar de:
1. El poder de los hábitos.
2. La capacidad de sacrificio.
3. La paciencia y aprender a creer en el proceso (¡y a disfrutar de él!).
4. La confianza que te da saber de lo que eres capaz.
Todo esto suena a cliché. A vídeo motivacional. Guruísmo barato. Pero si te quedas conmigo 5 minutos verás lo importante que es. Mucho más importante que si tienes abs o no, o lo que levantas en press de banca. Créeme.
Empecemos por hablar de tus hábitos.
Cuando te has levantado esta mañana, ¿qué es lo primero que has hecho y en qué orden? ¿Te has ido directo a la ducha? ¿Te has hecho un café? ¿Has chequeado Instagram o tal vez tus emails? ¿Te has lavado los dientes al salir de casa o eres de los que se escaquea de su higiene dental por la mañana? ¿Qué zapato te has puesto primero? ¿Izqdo o derecho? ¿Has ido al trabajo en coche, andando, en bici, en tren, en bus, en metro? ¿Has usado la misma ruta de siempre?
Podría hacerte cientos de preguntas así que mostrarían que tu día a día está compuesto en gran medida de HÁBITOS que determinan tus patrones de comportamiento. Somos así, es parte del ser humano. Cerca de la mitad(*) de las cosas que haces a diario son hábitos, no decisiones que tomas en ese momento
En muchos casos estos hábitos son muy útiles ya que nos ahorran energía en la toma de decisiones, pero si tienes hábitos potencialmente nocivos que, además, ocupan el espacio que podrían ocupar otros hábitos positivos... Te pueden estar arruinando la vida casi sin darte cuenta.
- Diez minutos en Twitter o Instagram se convierten en 1 hora (¡y lo sabes!).
- Comida rápida una vez a la semana pasa a ser lo que haces 2-3 veces por semana porque no te apetece cocinar.
- ¿Estás cansado y hay que cocinar? Abres Glovo en tu teléfono.
- Saltarte un entreno una semana te lleva a saltarte dos. Al final.. ¿qué más da? Ya la has liado faltando a uno con lo cual esta semana la perdemos y la semana que viene volvemos a tope. Pero la semana siguiente fallas otra vez.. y de ahí a dejar de entrenar hay un paso.
- Una cerveza un martes por la noche para lidiar con el estrés del trabajo pueden acabar siendo 2-3 cervezas varias veces por semana. O copas. Porque ha sido un día duro y "te lo mereces".
Ese "me lo merezco" para justificar hábitos nocivos es peligrosísimo.
Las ramificaciones que tienen uno, dos, o tres "pequeños" hábitos potencialmente nocivos son muchas. Tu vida puede ser totalmente diferente a lo que querías que fuera y no sabes dónde ni cómo sucedió. Y pocas veces las verás con claridad al iniciar esos hábitos.
¿El mayor problema? Tú mismo, en tu cabeza, cuando nadie te ve ni te oye, sabes si estás cumpliendo con lo que te propones o no. Tú sabes si estás viviendo la vida que quieres vivir y siendo la persona que un día te propusiste ser. O no. Y eso te afecta a muchos niveles.
Cuanto más "fallas" y más "atrás te quedas" respecto a tus metas, menos confianza tienes en ti mismo y menos respetas tu capacidad de cumplir con las cosas que te propones. Esto te lleva a evitar desafíos (y oportunidades) por miedo al fracaso. Te limitas a hacer siempre lo más cómodo y fácil. Lo que ya conoces. No lo mejor, sino aquello en lo que sabes que no vas a fallar.
Salir de la tan temida zona de confort no suele ser fácil, y para muchos son el gimnasio y el control de su nutrición los catalizadores que les permiten salir de esa jaula autoimpuesta por sus malos hábitos.
¿Por qué? Porque aprendes a crear nuevos hábitos positivos y a dejar malos hábitos atrás. Y eso es lo que en sí mismo crea una nueva identidad. Crea una nueva y mejorada versión de ti mismo.
- ¿2 horas de Instagram por la tarde? No puedo, tengo que ir a entrenar.
- ¿Comida rápida 3 veces por semana? No, me he preparado la cena de antemano
- ¿Tengo sobrepeso porque me ha tocado en la lotería genética? No, estoy en forma porque he tomado el control de mis hábitos.
- ¿Me rindo ante la adversidad y me quedo en lo cómodo? No, he aprendido a ir a por lo que quiero y a que si de verdad lo intento, soy capaz.
Todo esto de los hábitos da para un libro (y hay varios y muy buenos al respecto, como por ejemplo "Hábitos atómicos" de James Clear), pero esto es un artículo así que vamos a por el punto 2:
La capacidad de sacrificio.
Esta capacidad cada vez se ve menos porque vivimos en un mundo tremendamente cómodo.
- ¿Te aburres? No pienses, no leas, no hables.. coge el móvil.
- ¿Tienes hambre? No cocines, tienes Glovo.
- ¿Quieres ligar? No tienes ni que salir de casa, para eso está Tinder.
- ¿No te gusta tu vida? No la cambies, entra en Netflix o juega a algún videojuego para "vivir" la vida de otros.
"La supervivencia está regalada, pero vivir plenamente en un mundo de entretenimiento barato, distracciones de todo tipo y facilidades tecnológicas es en cierta medida más difícil que nunca."
Seguir una rutina de entrenamiento y adherirte a ella cuando no te apetezca, te hará más duro mentalmente. Prepararte tus comidas y planificar de antemano te enseñará a ser previsor y cumplir con tus objetivos en lugar de simplemente reaccionar a tus emociones y tu entorno.
El gimnasio es un buen sitio en el que empezar a trabajar tu carácter, pero tienes que enfocarlo de la manera adecuada:
Vas al gimnasio a entrenar para la vida, no sólo a que crezcan tus pectorales, bíceps o glúteos. Vas a endurecerte.
Entrenar con constancia y una buena planificación te aportarán disciplina y capacidad de sacrificio. No rendirte a mitad de una serie porque tus músculos queman y tus pulsaciones suben te aportará tolerancia a la incomodidad. Seguir entrenando en épocas de estancamiento te aportará perseverancia. Entrenar cuando la vida te lo pone difícil: obligaciones laborales y/o familiares, falta de tiempo y ganas...Te aportará resiliencia y respeto por ti mismo.
Cumples con lo que te propones, no te fallas a ti mismo cuando las circunstancias no te favorecen. Y sí, además estás más a gusto con tu aspecto físico, y eso se nota. Pero esa disciplina, capacidad de sacrificio, perseverancia, resiliencia y respeto por ti mismo que has ganado son la clave.
Confiarás en ti mismo y en tus habilidades, y eso se notará en cada cosa que hagas y digas.
Será un 'aura' que lleves siempre contigo.
La paciencia y aprender a creer en el proceso (¡y a disfrutar de él!).
El mundo actual es un mundo de dopamina barata y disponible en abundancia. Estamos todos cada vez más acostumbrados a la gratificación instantánea, y la buscamos en cada acción diaria.
- ¿Quieres comprarte algo? No hace falta ni que salgas de casa, sin moverte del sofá puedes comprar desde tu teléfono (e incluso lo tienes en casa en 24 horas).
- ¿Tienes hambre?Lo dicho, ni hacer la compra, ni cocinar, Glovo te trae lo que quieras en menos de una hora haciendo clic en la pantalla de tu móvil.
- ¿Te surge una duda? No te hace falta una enciclopedia, un libro, ni llamar a nadie para que te la resuelva. Google te la resuelve en segundos.
Hemos perdido el gusto por resolver problemas y por "ganarnos" las recompensas derivadas de su resolución y, en gran medida, no sólo el gusto sino también la capacidad de hacerlo.
Esto genera intolerancia a la más mínima espera, fricción o incomodidad.
Aprender a disfrutar del proceso y sobreponerte a las dificultades de cara a conseguir tus metas es una de las habilidades más importantes que puedes desarrollar en tu vida.
Entrenar te ayuda a esto mismo. Y ojo, me da igual si hablamos de una rutina de gimnasio con una planificación clara y objetivos que conseguir o si hablamos de preparar una maratón o una media maratón, un triatlón o algo similar.
Se trata de creer en el plan, seguirlo, y demostrarte que eres capaz de más.
Lo que me lleva al último punto:
La confianza que te da saber de lo que eres capaz.
De eso tratan las transformaciones físicas que ves que puedes encontrar aquí: https://www.programadoce.com/resultados-programa-doce/
De gente que se ha propuesto una meta y se han demostrado a sí mismos que son capaces de conseguirla.
Han cambiado sus hábitos, han desarrollado su capacidad de sacrificio, han sido pacientes y lo han conseguido.
Y eso te da una tremenda confianza en ti mismo.
Las fotos de resultados no son más que el reflejo de eso, pero lo realmente importante es lo que hay detrás. Es esto: https://www.programadoce.com/testimonio-clientes/
En definitiva, que si no entrenas... EMPIECES ya.
Porque puede hacer mucho más por ti, tu salud mental, tu confianza en ti mismo y tu vida de lo que ahora mismo crees posible. No se trata de abdominales, pectorales y glúteos. Va mucho más allá.
NOTA 1 (*) No lo digo yo, lo dice la ciencia: https://dornsife.usc.edu/
Eduardo Barrecheguren - CEO de Programa DOCE